sábado, 17 de mayo de 2014

Reflexiones Chotas para irse a dormir y descansar en paz



Buenas noches y bienvenidos al primer post de Reflexiones chotas. Soy vuestra anfitriona, Felicitas del Pilar y Oliden.

La idea del blog es irse a dormir, pero llevándose una reflexión para que las neuronas trabajen durante el sueño reparador y se levanten sintiéndose más inteligentes… O más chotos que ayer.

Va la primera reflexión: Sueños raros

Hace un par de años atrás, soñé que estaba en la puerta de una enorme mansión con un Handy en la mano. Resulta ser que en el sueño, yo estaba encargada de la seguridad de esa mansión, y justo ese día había una fiesta.

El día estaba hermoso, la pileta estaba rodeada de sillas y mesas decoradas con precioso gusto. No se bien cómo  pero supe en el sueño que esa mansión estaba en Uruguay, más precisamente en José Ignacio y que su dueña era Mirtha Legrand, mi jefa.

Se me acercó alguien y me dijo: “ – La señora quiere que pongas mucho cuidado en la lista de invitados. Se sabe que Ricardo Fort está desesperado por venir porque va a haber muchos famosos y está como loco para colarse”.

¡Waaaao ¡… Tenía que vigilar nada menos que a ¡Ricardo Fort!.

Los invitados fueron cayendo a la fiesta y yo recorría todo el jardín vigilando que a nadie le faltara nada y que todo estuviera en órden. Pero resultó ser que Ricardo se coló nomás. No se cómo hizo pero se mandó a la mansión y cuando lo encontré estaba atrás de la barra que estaba dentro de la pileta. El loco estaba haciendo tragos para todo el mundo.

Suena el Handy y me avisan que lo saque afuera antes de que la señora se avive.

Demasiado tarde: el muy guacho de Ricardo Fort había venido a la fiesta con el único objetivo de poner a todos en pedo. Cuando me quise dar cuenta, todos los invitados estaban tambaleando, bailando cuarteto haciendo zigzag y moviendo la manito así como la mona Jimenez. De espaldas a mí, y a unos metros de donde estaba, pude ver a una señora con un vestido color lavanda (sí, sueño en colores). La señora era rubia, estaba de rodillas en el piso y con los codos apoyados en una silla, medio llorando y medio murmurando que no podía pararse. Me acerco a ayudarla y veo con asombro que esa señora elegante es Violeta Rivas, con un pedo chino atroz.

No pude entender cómo una señora tan talentosa, tan elegante, terminó con un tremendo pedo que no la dejaba ni hablar.

Mientras luchaba por levantar a Violeta, me vienen a avisar mis muchachos que la señora estaba en sus aposentos muy enojada y quería verme.

El miedo que me dio pensar en que me tenía que fumar a Mirtha Legrand cagándome a puteadas por arruinar su fiesta fue tan vívido que hizo que me despertara.

La reflexión final es que elijas bien lo que vas a ver en la tele cuando te vas a dormir.

O puede venir Mirtha Legrand y patearte el culo hasta que te quede como una margarita.



Felicitas te lo muestra en video

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