lunes, 1 de septiembre de 2014

11 - Comer o no comer



Hola

Soy vuestra anfitriona Felicitas Del Pilar y Oliden.

Si de algo pueden estar seguros es de que donde quiera que yo esté, nunca va a haber un gimnasio cerca, NUNCA.

Hace varios kilómetros que mandé al carajo las dietas.

Las probé TODAS: la de los astronautas, la de la luna, la del sol, las de la AFIP…

No se bien si las dietas sirven o no; el tema es que yo NO me las banco.

Por dos días, más o menos aguanto bien. Al tercer día de “no poder comer algo”, estoy algo inquieta…

Al cuarto, ya te miro feo.

Al quinto, mi voz es igual a la de Luis D´elía.

Y una semana después, ¡bala y fuego para todo el mundo!.

Hasta que un médico me diga “- Si comés una sola papa frita más, te morís”, no pienso hacer más dietas.

En ésta puta sociedad pareciera ser que la cosa es ser flaquita y tener amantes o ser gordita y tener comida. Hasta el día de la fecha, estoy segura de que no hay porción de pizza de Güerrin o milanesa napolitana que me vaya a dejar plantada y llorando por los rincones.

Todo el mundo sabe que cuando te pinta el bajón, aterrizás de cabeza en el kiosco o en la heladería.

Y cuando estás contento, festejás con un asadazo entre amigos (con perdón de los vegetarianos, que seguramente también festejan con alguna cosa rica).

¡Hasta morirse está bueno!. Hoy en día las cocherías ya no tienen ese cafecito pedorro que te daban antes: ahora hay capuchinos y unos sandwichitos muy ricos…

Sí claro: de fiambre.

Y dicha ésta última reflexión, los dejo porque acaba de terminar de bajar la película “Viven”.

Buenas noches y puñeteros sueños (click acá para ver el video).

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